"El mal está hablando" = enfermedad (maladie en francés)

A menudo hablamos de enfermedades = ¡El mal está hablando! Existe un vínculo real entre las enfermedades y nuestras emociones.

Nuestras emociones y nuestras enfermedades están interrelacionadas:

• Como suelo escribir, nuestra piel es la imagen exterior de nuestra salud interior. Nos permite leer y saber si todo está bien dentro de nuestro cuerpo.
• Sin embargo, no es solo la piel que nos dice qué le pasa a nuestro cuerpo. Todo el cuerpo es un gran mecanismo, cuya pieza central es el cerebro.
• Según la Medicina Tradicional China, nuestro cuerpo es un instrumento de evolución espiritual, que tiene sus propias reglas.
• La medicina occidental no entiende estos mensajes. Y, para actuar sobre una enfermedad o un dolor, a menudo, utiliza una acción represiva.
• La medicina china lo enfoca de otra manera. Descodifica los mensajes corporales.

Las fases de desarrollo de una enfermedad.

Ya en el siglo VII, Ashtanga Hridaya Samhita evoca 6 fases de desarrollo de una enfermedad:

1. El psíquico: Empieza en el subconsciente.
2. Energética: Perturbación del sistema de meridianos.
3. Neuroendocrino: La disfunción aparece a nivel del cuerpo físico.
4. Endotóxico: las toxinas se desarrollan en distintas partes del cuerpo.
5. Sintomático: Aparecen síntomas clínicos de la enfermedad.
6. Terminal: la destrucción del órgano enfermo.

La medicina occidental, siempre, interviene cuando los síntomas son visibles en el cuerpo. Estos son los últimos gritos del cuerpo y muchas veces es tarde para actuar. La medicina occidental intenta silenciar al cuerpo, en lugar, de escucharlo y recompensarlo por informar del problema.

¿Y si intentamos escuchar a nuestro cuerpo?

Hay una obra escrita por Jacques Martel: "El gran diccionario de malestares y enfermedades", que nos permite entender nuestros estados internos observando el exterior. Este libro arroja luz sobre todas las emociones que podemos reprimir cuando surge una enfermedad.

A continuación se muestran algunos ejemplos relacionados con la ley de los 5 elementos:

• La ira contenida causa ataques al hígado: elemento n° 1, Madera. El hígado representa elección, ira, cambio y adaptación. Podemos sufrir daño hepático cuando no podemos adaptarnos a los cambios, profesionales o familiares. Se puede perder la fe (= hígado).
• El primer elemento Madera, también, está ligado a la vesícula biliar, que se relaciona con el exterior, lo social, los obstáculos... Tener bilis, preocuparse, estar ansioso.
• El elemento n° 3, Tierra. Es la imagen original de nuestro cuerpo. Es la imagen de quien soy, yo el niño que nació de mi madre. El eccema y la psoriasis representan mi ansiedad, mis miedos por el futuro, mis dificultades para expresarme. Tengo una mala imagen de mí mismo. Aguanto muy mal una separación, mal gestionada o mal vivida. Necesito sentirme perfecto para ser amado.
• El elemento n° 5, Agua. Relacionado con los riñones y la vejiga. Los temores profundos de perder su territorio, su espacio, en sentido literal o figurado, conducirán a bloqueos en los riñones, problemas de vejiga y próstata.

Todo nuestro cuerpo está hablando

• Algo que ya no queremos escuchar: Dolor de oído y otitis crónicas.
• Algo que no nos atrevimos a decir, que nos guardamos dentro: Anginas, dolor de garganta que no curamos.
• Conflicto con la autoridad: Dolores en los hombros.
• Dolor en el hombro derecho = No nos sentimos apoyados, en absoluto, en determinadas situaciones.
• Intransigencia: dolor de cervicales, rigidez de cuello
• Asumimos demasiadas responsabilidades: Sensación de carga en la espalda y los hombros.
• Incapacidad para avanzar: Dolor en los pies y tobillos.
• Miedo de seguir adelante en la vida, porque nos hemos convertido en adultos demasiado rápido. No nos tomamos el tiempo para crecer y cuidar al niño que éramos, por querer ir demasiado rápido en el mundo de los adultos: la Fibromialgia.
• La columna vertebral es un terreno donde se ubican todas nuestras emociones reprimidas y no salen de ahí.
• Glándula tiroides: es la angustia que implosiona cuando exige ser liberada. Los problemas de la glándula tiroides, a menudo, son un autocastigo porque te culpas a ti mismo. Somos incapaces de lograr lo que nos proponemos. No nos atrevemos a existir, aunque en el fondo nos gustaría abrirnos y vivir.

¡Aprendamos a escuchar nuestro cuerpo

y dejar florecer al niño que tenemos dentro!

• En lugar de tomar medicamentos, directamente, para silenciar la enfermedad. ¿Por qué no dedicar unos minutos a dialogar con nuestro cuerpo? Esto no nos impide acudir al médico a continuación.
• Intentar aclarar y relajarse frente a una situación molesta. El dolor está tratando de señalar, que algo está perturbando la armonía energética que tenemos dentro. Y esto es para llamarnos la atención, sobre algo, que necesita cambio en nuestra vida.
• Acepta tus enfermedades, como un mensaje de amor por parte tu cuerpo, que te dice de cambiar tus actitudes, para encontrar la felicidad.
• Una vez aceptadas y reconocidas las emociones, anótalas y acepta tus sentimientos. "Vale, entiendo lo que quieres decirme y lo acepto. Cambio lo que tiene que ser cambiado".
• A partir de ahí, el cuerpo puede dejar de enviarte este mensaje: "El mal está hablando".

Fuentes: Jacques Martel: "El gran diccionario de dolencias y enfermedades" publicado por Quintessence.

Por eso, se diseñaron los productos Géomer, para ayudar a entender esto.

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